¡Mi mar!
Yo desato y siento y nunca muero.
Yo que duro para siempre.
Pues siempre miro y dirijo mi galopar.
Al norte, a lo lejos.
Entre la lluvia y el aguacero.
Yo navego y persevero.
No me matan. Muero.
Y en mi descansar culebreo.
Me embarco y vivo perenne.
Cuando cala en el invernadero.
El olor a tierra húmeda.
Entre huecos
de témpanos del cielo.
Y para siempre.
Lento e imperfecto.
No difiere la muerte,
Cuando orvalla en el infierno,
En la mar, la mina o el puerto.
Sólo lluvia de mi cuerpo.
Pues vivo estoy cuando deseo.
Y vivo sigo cayendo y callado.
En silencio, siento tu mirar.
Fuerte, ¿Quién soy..?
¡Soy viento!
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